Sin tarjeta.. No hay movimiento, a photo by rutroncal on Flickr.
Cada vez damos más importancia a la seguridad... a todos los elementos que nos aportan más confianza en nuestro entorno y que en ocasiones pueden (creo) darnos una falsa sensación de seguridad...
En mi opinión, a veces nos llegamos a obsesionar con estas cosas y nos olvidamos del resto de detalles.... pero claro, cuando hablamos de protección y tal como están los tiempos... nadie podría afirmar qué es lo que es suficiente o mínimo necesario, ¿no? ¿Será cuestión de cada uno?
Me gustaría compartir con vosotros un cuento sufi sobre la falsa seguridad y creo que nos da para más de una reflexión ¿no creéis?
El mulá Nasrudin armado
Muy asustado en una noche obscura, mulá Nasrudín viajaba con una espada en una mano y una daga en otra. Le habían dicho que eran seguros medios de protección.
En su camino se encontró con un asaltante, que le robó su asno y sus alforjas con valiosos libros.
Al día siguiente, cuando se estaba lamentando de su suerte en la casa de té, alguien le preguntó.
-Pero, ¿por qué dejó que se llevara sus posesiones, mulá? ¿No tenía los medios para detenerlo?
-Si mis manos no hubieran estado ocupadas –dijo el mulá-, hubiera sido otra historia.
Cuento de la filosofía sufí, recopilados en su mayoría por Idries Shah (sacado del libro "Las ocurrencias del increíble Mulá Nasrudín)
Y a vosotr@s ¿qué os ha parecido la historia?
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