sábado, 25 de junio de 2011

176/365. El calor, ese maldito compañero del verano

Tiene calor... by rutroncal
Tiene calor..., a photo by rutroncal on Flickr.

Animales y personas padecemos en verano las consecuencias de las elevadas temperaturas y/o humedad de nuestras respectivas ciudades de residencia...

Lo que debemos de tener en cuenta es que el calor, no sólo nos afecta físicamente, sino que también afecta a nuestro estado de ánimo, por lo que la pregunta que nos hemos de hacer es ¿estamos preparados para el calor que se avecina?

Físicamente podemos seguir las recomendaciones que la Cruz Roja nos proporciona para diferentes situaciones del día a día, pero además, hemos de ser conscientes también de que el calor también nos afecta anímicamente.

El calor hace que nos sintamos por regla general más apátic@s, con menos ganas de hacer cosas, es posible también que ese calor nos provoque cambios de humor pudiendo estar más irascibles e incluso afectar a nuestro apetito...

Es importante generar hábitos saludables, en los que incluyamos actividades que nos hagan salir de la apatía y encontrar tiempo para hacer cosas que nos estimulen; asimismo, es importante la regulación del sueño y de la dieta (puesto que son dos aspectos que también infieren en nuestro estado de ánimo).

Es posible que el calor no nos deje dormir bien, por lo que procuraremos dormir con una ventana abierta o con algo de aire fresco preferiblemente, sino, el aire acondicionado a una temperatura recomendada de 24,5 +/- 1º en verano para que el cambio no sea demasiado brusco. Con respecto a la dieta, procuremos comer fruta más que helados y preferiblemente agua fresca en lugar de fría (la fruta nos proporcionará vitaminas y si bebemos bebidas excesivamente frías tendremos más calor antes).

Igual que a los animales, los hábitos regulan nuestro estado de ánimo y por tanto, si éstos son saludables, estamos aumentando nuestra tolerancia al estrés, pero esto tiene que completarse con algo más: hemos de aprovechar el tiempo libre y realizar actividades que nos hagan salir de la apatía.

Piensa qué vas a hacer este verano, en qué te gustaría emplear tu tiempo libre (poco o mucho) y hazlo. Tu salud mental y tu entorno te lo agradecerán...


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