lunes, 15 de septiembre de 2025

Formar no es entretener. Es facilitar transformación

 

En los últimos años, muchas organizaciones han dado un giro hacia formaciones más dinámicas, más “fáciles de digerir”, más entretenidas.

Y sí, claro que aprender puede ser ameno. Claro que emocionar, conectar y disfrutar son parte del proceso. Pero no todo lo que entretiene deja huella. Y no todo lo que transforma es cómodo.

¿Dónde ponemos el foco cuando hablamos de aprendizaje?

El aprendizaje real no sucede solo en la sala. Sucede después. En el momento en que una persona:

🔸 Aplica una herramienta. 🔸 Se atreve a hacer algo diferente. 🔸 Se permite un error. 🔸 Recibe feedback. 🔸 Cambia su forma de pensar o relacionarse.

Eso es lo que buscamos. Y para que eso ocurra, hace falta mucho más que dinamismo:

  • Hace falta tiempo. No solo horas de sesión, sino tiempo mental y emocional para digerir, procesar, probar.
  • Hace falta un grupo manejable, que permita contraste, reflexión, conflicto sociocognitivo.
  • Hace falta un diseño con propósito pedagógico, no solo con ritmo.
  • Hace falta un entorno donde haya permiso para probar, fallar, aprender.
  • Hace falta que los líderes no solo lo promuevan, sino que lo modelen. Que aprendan con sus equipos. Que den ejemplo.

Eso es cultura de aprendizaje. Y eso, también, es formar.

Y sí, nos enfrentamos a otra tensión: las evaluaciones. Porque salir de la zona de confort no siempre gusta. Porque una sesión que “remueve” a veces no obtiene un 5 sobre 5. Y porque hay una tentación constante de reducir la calidad a una sonrisa en caliente.

¿Pero estamos midiendo lo que importa?

🎯 ¿Qué impacto tiene lo aprendido en el trabajo diario? 🎯 ¿Qué ha cambiado en la práctica real de esa persona o equipo? 🎯 ¿Dónde están las conversaciones sobre cómo han evolucionado nuestras competencias tras un programa?

Pocas organizaciones aplican el modelo de Kirkpatrick más allá del primer nivel. Y sin embargo… si no hay transferencia, ¿para qué formamos?

Como formadores/as, sabemos que no somos “el cambio”, pero sí podemos ser disparadores, facilitadores, faros y espejos.

Eso nos exige diseñar con intención, sostener espacios complejos, y hacer más preguntas que afirmaciones.


Y tú, desde donde estás:

👉 ¿Cómo contribuyes a una cultura de aprendizaje real? 👉 ¿Qué pasa con lo que aprenden /mos… después del aula? 👉 ¿Estamos creando sólo experiencias o construyendo transformación?

🟡 ¿Estás en modo aula… o en modo «Bumblebee»?

#FormarParaTransformar #CulturaDeAprendizaje #TransformaciónReal #AprendizajeConSentido #TransferenciaAlPuesto #FormaciónConPropósito #DiseñoPedagógico #AprenderHaciendo #EvaluaciónSignificativa #FacilitaciónConsciente #LiderazgoQueAprende #BumblebeeEnElAula #MásQueFormar #FormadoresQueTransforman #Transformers #rutroncal

La vuelta al cole no siempre es fácil. Y está bien.


 Erik empieza primero de primaria. La semana pasada estaba asustado. Decía que no quería volver al cole. No sabía con quién le tocaría. Veía el edificio del “cole de mayores” y le venía grande.

Y entonces… empezamos a acompañar desde ahí.

Validamos su miedo. Su tristeza. Su necesidad de hablar con su profe de infantil, Laura. (Mañana se verán). Su deseo de preguntar a su primo Oli, que empieza 3º. (Ayer hablaron un rato, a su manera, claro). Y hoy… ha salido el listado. Ya sabe con quién va. Y han vuelto las ganas.

Aun así, lo sabemos: habrá días. Días de pereza, de nervios, de “no quiero”. Y no pasa nada. Todas las emociones son válidas. Lo importante es no negárselas. Ni taparlas. Ni correr por encima de ellas para “volver al ritmo”.

La vuelta al cole también puede ser una oportunidad. Para enseñarles que está bien sentir. Que se puede tener miedo y avanzar. Que hablar ayuda. Que no están solos.

Y mientras Erik se prepara para su nueva etapa… yo también lo hago. Porque los adultos también volvemos al cole: En forma de proyectos, retos nuevos, relaciones que se transforman.

Y aunque lo hacemos “en modo productivo”, también nos pasan cosas parecidas:

🔸 No sabemos con quién nos va a tocar. 🔸 Dudamos de si estaremos a la altura. 🔸 Miramos lo que viene… y a veces, nos viene grande. 🔸 También necesitamos hablar con alguien que nos recuerde quiénes somos.

Así que este septiembre, por si te sirve, te dejo estas preguntas:

🔹 ¿Qué parte de ti está asustada ante lo que viene?

🔹 ¿Qué te estás exigiendo demasiado rápido?

🔹 ¿Qué necesitas anticipar, conversar o validar contigo?

🔹 ¿Quién es tu “profe Laura” o tu “primo Oli”?

🔹 ¿Qué emociones te gustaría no tapar, sino comprender?


Porque igual que hacemos con los peques, los adultos también necesitamos ser acompañados…

Con respeto. Con presencia. Y con permiso para no estar del todo listos.

Nos leemos. Con mochila. Y con corazón abierto. (La mochila de la foto es la de Erik. Por supuesto, de Harry Potter.)

#VueltaAlCole #EducaciónEmocional #AcompañamientoConsciente #ValidarEmociones #MaternidadConsciente #CrianzaRespetuosa #DesarrolloHumano #CrecimientoPersonal #AdultosTambiénVolvemosAlCole #InicioDeEtapa #HarryPotterFan #Autoliderazgo #PresenciaPlena #SeptiembreConSentido #TransicionesVitales #AprenderSentirAvanzar #LiderazgoConsciente #CoachingParaLaVida #rutroncal

Mi primer verano como autónoma.Primera parada: un castillo encantado. 🏰✨

 

Este verano es distinto.
No tengo que pedir permiso.
No hay casilla oficial que marque “vacaciones”.
Pero eso no significa que desconectar sea fácil.

Cuando lo que haces te importa, parar también es un acto consciente.
Porque las ideas no paran.
Porque el compromiso no se va de vacaciones.
Y porque, a veces, desconectar cuesta más que seguir.

Aun así, he decidido hacerlo.
Este verano quiero:

🟡 Estar con mi peque, sin multitarea.
🟡 Volver a leer por placer, sin subrayar.
🟡 Compartir tiempo lento con amig@s y familia.
🟡 Viajar fuera… y también hacia dentro.
🟡 Y, sobre todo, parar sin culpa.

🪄 La primera parada ha sido en el Castillo de Peracense, celebrando el cumpleaños de Harry Potter.
https://www.castillodeperacense.es/informate/noticias/2024/07/17/peracense-magico/
Piedra roja, viento del norte, magia.
Una invitación a imaginar, a jugar, a recordar que soñar no es solo cosa de niñ@s.
También lo necesitamos los adultos para afilar la sierra y volver con más sentido.

Nos dieron la esencia de nuestra varita.
Yo ya tengo la mía: Nogal, Pygmy Puff y Danzarina.
A partir de ahora… un poquito de magia tampoco me vendrá mal 😉

Y como decía Yoda:
Hazlo o no lo hagas. Pero no lo intentes.

🌿 ¿Y tú?

🔸 ¿Cuál es tu primera parada para desconectar de verdad?
🔸 ¿Qué parte de ti llevas tiempo sin escuchar?
🔸 ¿Qué significado tendría para ti descansar con propósito?

Nos leemos a la vuelta.
Con más energía.
Con la misma ilusión (o más).
Con más magia (ya tengo varita… bueno, al menos la esencia).
Y eso sí… con la sierra afilada.

#VeranoAutónoma #PrimeraParada #DesconectarParaReconectar #TiempoDeCalidad #AfilarLaSierra #Autoliderazgo #CulturaDelAprendizaje #MagiaCotidiana #SoñarTambiénEsDeAdultos #HarryPotterBirthday #CastilloDePeracense #PararSinCulpa #LeerPorPlacer #VidaConSentido #rutroncal

martes, 2 de septiembre de 2025

¿Qué ocurre cuando una organización detecta que en su equipo directivo hay rasgos de la tríada oscura?


Narcisismo, maquiavelismo, psicopatía. Palabras grandes, incómodas. Pero más comunes de lo que imaginamos.

Según el investigador Clive Boddy, hasta un 23 % de los hombres y 12–13 % de las mujeres en entornos corporativos presentan rasgos suficientemente marcados como para resultar problemáticos.    
No hablamos de diagnósticos clínicos. Hablamos de comportamientos que pueden deteriorar profundamente los equipos, el clima y el rumbo de una organización.


¿Cómo detectar estos rasgos antes de que impacten?

Una herramienta interesante es el TOP: Test de la Tríada Oscura de la Personalidad en el Trabajo, publicado por TEA Ediciones en 2023.
Evalúa tres grandes dimensiones:

  1. Visión egocentrista del trabajo (autoimagen grandiosa, necesidad de control y liderazgo forzado)
  2. Actitud centrada en la imposición (frialdad emocional, dureza, desconfianza estructural)
  3. Estilo no comprometido e impulsivo (tendencia a ignorar normas, actuar sin reflexión o manipular el contexto)

El TOP no “etiqueta” personas, pero da señales claras sobre qué estilos pueden ser disfuncionales o potencialmente peligrosos en posiciones de poder.


Saber duele. Y obliga a decidir

Muchas organizaciones no están preparadas para responder cuando los resultados muestran niveles altos.
¿Qué hacemos si un miembro del comité de dirección puntúa alto en “sensación de superioridad”, “ocultación de la verdad” o “frialdad emocional”?

🔸 ¿Lo ignoramos porque es brillante y consigue resultados?
🔸 ¿Lo intentamos acompañar desde coaching?
🔸 ¿O iniciamos un proceso de gestión del riesgo?

El gran problema es que quien necesita mirarse... rara vez se cuestiona.
Y si el CoDir o la Dirección General forma parte de esta tríada oscura, es probable que ni siquiera vean un problema.


Cuando el poder no se mira al espejo

En estos casos, el sistema racionaliza los síntomas:

  • 📈 Alta rotación = “La gente ya no tiene compromiso”
  • 😷 Absentismo = “Hay poca tolerancia a la presión”
  • 🧩 Clima tóxico = “Los equipos no se adaptan a los cambios”

Y así, la cultura se protege a sí misma, aunque esté enferma.

El mayor punto ciego de una organización no es la falta de talento. Es la incapacidad de su liderazgo para reconocerse como parte del problema.


¿Y si empiezas por ti? 6 señales para explorar con honestidad

No se trata de etiquetar ni de diagnosticar. Pero sí de abrir una conversación con uno/a mismo/a. Aquí van algunas preguntas para generar autoconciencia:

  1. ¿Te molesta que alguien cuestione tus decisiones?
    → Tal vez estás más centrado en el control que en la colaboración.
  2. ¿Te cuesta reconocer tus errores o pedir disculpas?
    → El ego necesita protegerse… pero el liderazgo se fortalece desde la vulnerabilidad.
  3. ¿Utilizas la presión o el miedo como forma de conseguir resultados?
    → El impacto que generas puede estar minando la seguridad psicológica del equipo.
  4. ¿Sientes que las normas aplican a otros, pero no a ti?
    → La sensación de impunidad suele venir acompañada de disfunción ética.
  5. ¿Te cuesta empatizar con quienes no tienen tu nivel de exigencia?
    → Liderar desde la dureza puede estar dejando a mucha gente fuera.
  6. ¿Manipulas (aunque sea sutilmente) para conseguir tus objetivos?
    → El fin no justifica los medios si el medio eres tú… y el daño lo sufren otros.

🔸 Si alguna de estas preguntas te incomoda, puede que ahí haya algo que mirar.


¿Tiene sentido el coaching con estos perfiles?

Depende.

✔️ Si hay autoconciencia y voluntad de evolución, el coaching puede ser una vía para regular el impacto relacional del estilo.
❌ Si no hay mirada interna ni reconocimiento del daño, el coaching se convierte en un “barniz cosmético” o, peor aún, en una herramienta de perfeccionamiento manipulativo.

Por eso es fundamental:

  • Establecer límites éticos claros
  • Evaluar la apertura real al cambio
  • Asegurar espacios seguros para los equipos que sufren el impacto

¿Y el precio de no actuar?

El coste organizativo de ignorar estos estilos es alto:

  • Mayor rotación y absentismo emocional o físico
  • Equipos desmotivados, silenciados o fracturados
  • Cultura organizacional basada en el miedo, la desconfianza o el cinismo
  • Dificultad para atraer y retener talento saludable

¿Qué recomendamos desde la mirada del desarrollo?

  1. Detectar sin prejuicios, pero con conciencia
    Usar herramientas como el TOP para tener indicadores claros. Sin etiquetar, pero sin edulcorar.
  2. Formar a RRHH y DG para mirar donde duele
    No basta con medir. Hace falta capacidad de sostener conversaciones difíciles y tomar decisiones valientes.
  3. Diseñar procesos de coaching ético, con mirada profunda
    Acompañar no es complacer. Es confrontar con respeto. Es mostrar impacto. Es proteger a la organización, no sólo al individuo.
  4. Apoyarse en consultoría externa cuando hay bloqueo interno
    A veces solo desde fuera se puede generar el espacio para la verdad.
  5. Escuchar los datos de rotación, clima y absentismo como síntomas
    No como “la gente”, sino como reflejo de un liderazgo que puede estar desalineado con el bienestar colectivo.

Para cerrar…

¿Y si el problema no está en “la gente que no quiere comprometerse”… sino en estilos de liderazgo que desgastan, silencian o manipulan?
Detectarlo ya es un paso valiente. Actuar… es un compromiso con la salud de toda la organización.

Si lideras personas o acompañas procesos de transformación, te invito a observar más allá de lo aparente.      
Los estilos de la tríada oscura no siempre se ven… pero se sienten.
Y la forma en que respondamos marcará no solo la salud de nuestros equipos, sino el futuro de nuestras organizaciones.

¿Hablamos?

#LiderazgoConsciente  #CulturaOrganizacional  #TríadaOscura  #DesarrolloDirectivo  

#CoachingEjecutivo  #ClimaLaboral  #TransformaciónCultural  #RRHHEstratégico  

#SaludOrganizacional  #CoachingConSentido  #RotaciónYAbsentismo  

#AutoconcienciaDirectiva  #TalentoYLiderazgo #rutroncal

lunes, 23 de junio de 2025

En la noche de San Juan… ¿Qué vas a quemar, soltar ó transformar?


 Dicen que hay una noche al año en la que el fuego lo purifica todo. Donde la tradición invita a quemar lo viejo, lo que pesa, lo que ya no somos.

¿Qué quemamos? Papeles, cartas, deseos no cumplidos…
¿Y si quemamos lo que ya no nos sirve para avanzar?.
¿Y si dejamos ir versiones pasadas de quienes fuimos, para dejar espacio a quienes estamos list@s para ser?

Porque quizás, no todo lo que duele está escrito en papel. También pensamientos, emociones enquistadas, máscaras que se agrietaron con el tiempo… 
Y quizás algunas de ellas viven… en tu armario.

La noche más corta del año se convierte, simbólicamente, en un fuego purificador.

Pero… ¿Y cuando pase la noche de San Juan? ¿Qué pasa con todo eso que no está escrito en papel, pero sigue ahí?

Tal vez, lo que necesitas soltar está colgado en tu armario.

Una persona me contó una vez que, cada vez que abría su vestidor, sentía un nudo en el estómago.
Allí estaban esas prendas que ya no se ponía, pero no sabía soltar.
Una chaqueta que le recordaba un momento en el que se sintió pequeñ@.
Un vestido que usó cuando fingía estar bien.
Un pantalón que le apretaba más por dentro que por fuera.

Cada prenda tenía una historia. Un recuerdo. Una emoción que se había quedado a vivir ahí.

Hasta que un día, en lugar de mirar hacia otro lado, decidió detenerse.
Y se hizo una pregunta:
¿Soy yo quien elige cómo me visto, o sigo obedeciendo un guion que ya no me representa?

Ese día comenzó un viaje.
Un viaje hacia la coherencia.
Esa alineación poderosa entre lo que siento, lo que pienso y lo que muestro.
Un viaje hacia dentro, con un armario como espejo.

Conocí a María Jesús en 2017, cuando nos certificamos juntas en The Human Element. Desde entonces supe que era una de esas personas con las que siempre querrías construir: generosa, humilde, elegante por dentro y por fuera, sin artificios. Una gran comunicadora, llena de presencia, con una forma de estar que inspira desde la calma.

Tenía claro que quería hacer algo con ella.
Y aquí estamos.

María Jesús ha creado El vestidor de las emociones, un programa que transforma. Un espacio íntimo y valiente, abierto a cualquier persona, donde el vestidor —ese lugar cotidiano— se convierte en un espejo emocional.

Una experiencia íntima, simbólica y transformadora.
Un espacio para pausar y observarte frente a tu vestidor real… y emocional.
Porque entre perchas y cajones no solo hay ropa.
También hay miedo, orgullo, heridas, sueños, y versiones de ti que ya no están… o que están esperando ser abrazadas.

Este proceso no va de ropa.  
Va de mirada.
De autoestima.           
De darte cuenta de que tú puedes elegir.    
De que hay prendas que ya no te van… porque tú ya has crecido.
Ahí comienza el verdadero crecimiento.

De soltar lo que ya no encaja.
De dejar espacio para lo que sí.
De mirar hacia dentro y preguntarte:
¿Quién soy hoy? ¿Cómo quiero mostrarme? ¿Qué versión de mí ya puedo dejar ir?

Y como en toda transformación verdadera, hay también un acto de superación.
De duelo.        
De desapego.  

De soltar lo que dolió.            
De dejar de cargar con lo que ya no eres.    
De enfrentarte a esas prendas que te remueven por dentro y decidir con qué te quedas… y de qué te despides.

De escribir un nuevo relato desde la calma, el respeto y la intención.

🌟 Y como en San Juan, todo comienza con un gesto simbólico: parar, mirar y decidir.
No hace falta fuego, basta con presencia.

En esta colaboración, yo aportaré mi experiencia en inteligencia emocional para acompañarte en ese recorrido.        
Será una experiencia vivencial, real, sin filtros, desde tu casa… frente a tu propio vestidor

🎁 Muy pronto lanzaremos un taller gratuito, online y vivencial, con plazas limitadas, para vivir esta experiencia desde casa. Frente a tu armario. Contigo. A tu ritmo. Acompañad@

Si esta noche también te estás preguntando qué quieres quemar, soltar o transformar…
Tal vez sea el momento de empezar este viaje.

Si algo dentro de ti ha dicho “esto es para mí” …
Quédate cerca.
Nos encantará acompañarte.

#SanJuan #ElVestidorDeLasEmociones #Coherencia #Crecimiento #Superación #InteligenciaEmocional #Soltar #Renacer #CambioInterior #FormaciónVivencial

jueves, 19 de junio de 2025

Dibujo, yoga, tenis, teatro, robótica… ¿y yo qué hago con esto?


 Estos días teníamos que elegir las actividades extraescolares para el próximo curso.

Y cuando le preguntamos a Erik, no dudó ni un segundo:

"Dibujo. Sí. Yoga. También, porque me ayuda a relajarme.
Tenis. Sí. Baloncesto. Sí. Teatro. Para el final.
Robótica. Sí. Fútbol. Sí. Y… atletismo."


—"Cariño, si quieres hacer atletismo, no puedes hacer ni Robótica ni Baloncesto."
—"Jo… entonces atletismo no."

Siete actividades.
Una sonrisa.
Y una ilusión desbordante.

Y lo mejor es que aún pensé:
“¡Anda! Fíjate que les ofrecen también lenguaje de signos…”
Obviamente no se lo propuse. Era too much. Incluso para mí.


Yo lo escucho, y me río por dentro.
Y a la vez pienso:
Qué maravilla.
Qué vértigo.
Qué responsabilidad también.
Ya veremos.

Porque, seamos honest@s:

📌 Es una pasta.
📌 No hay horas para todo.
📌 Y una parte de mí se pregunta:
—¿De verdad necesita hacer tanto?
—¿Estoy alimentando su deseo… o llenándole la agenda para que no esté en el patio?


Pero entonces me paro y me escucho…

Y me digo:
¿Y si no tengo que responder hoy a todo eso?
¿Y si este momento no va de elegir, sino de explorar?

Porque ya tendrá tiempo de renunciar, de priorizar, de decidir con cabeza.
Ahora, quizás lo más valioso es que aún cree que puede hacer todo lo que sueña.

Y mientras podamos acompañarlo, sin sobrecargarlo ni exigirle resultados…
¿por qué no permitirle intentarlo?

Ya tendrá tiempo.
Vendrán los deberes.
Vendrán las exigencias y las autoexigencias…
Y entonces no podrá.

Ahora puede. Que lo disfrute mientras pueda.


Me acordé de un cuento de Jorge Bucay: El buscador

Un hombre encuentra un cementerio en el que, en vez de las fechas de nacimiento y muerte,
las lápidas recogen los años realmente vividos:
el tiempo que esas personas amaron, rieron, aprendieron, disfrutaron…

Y entonces pensé:

Quizá no se trata de apuntarlo a todo.
Ni de obligarle a elegir aún.

Se trata de ayudarle a coleccionar tiempo de verdad.
No horas. No logros.
Sino instantes que le ensanchen el alma:
cuando pinta, cuando corre, cuando sueña, cuando juega.

Porque, como en el cuento…

Lo que cuenta no es cuánto tiempo vivimos,
sino cuánto de ese tiempo… nos hizo sentir vivos.


Y tú, ¿qué harías?

  • ¿Apuntarías a tu hijo/a a todo lo que le ilusiona?
  • ¿Le ayudarías a elegir desde ya?
  • ¿O esperarías a ver qué mantiene con alegría?

Yo/nosotros, de momento, lo acompañamos.
Y si hay que reajustar, ya veremos.
Como en la vida.


#CrianzaConsciente #EducaciónEmocional #ActividadesExtraescolares
#JorgeBucay #ElBuscador #TiempoDeVerdad
#DeseoInfantil #Exploración #RutRoncal #PreguntasPoderosas

miércoles, 11 de junio de 2025

Abúrrete un poco, que te hará bien

 Esta mañana me encontré con un artículo de Psicología del ABC que me hizo sonreír.

Contaba cómo Ed Sheeran decidió dejar el móvil después de observarse a sí mismo: cada vez que su mujer se levantaba de la mesa, él cogía el teléfono automáticamente, compulsivamente.
Esa pequeña toma de conciencia lo cambió todo.   
No fue un detox temporal.    
Dejó el móvil de forma definitiva.     
Porque entendió algo importante: el aburrimiento también alimenta. (Por cierto, lo contó en el programa de La Revuelta que después de leer el artículo me he visto… cómo me gusta cómo canta este chico!!!).

El artículo hablaba del aburrimiento y de cómo lo evitamos, cuando en realidad tiene grandes beneficios.

Y entonces me detuve a pensar... ¿Qué significa aburrirse?

Según la Gaceta UNAM, el aburrimiento es una emoción moral, desagradable, que surge cuando percibimos falta de estímulos interesantes para ver, oír o hacer.
Nos cuesta mantener la atención, baja nuestra energía, aparece una sensación de vacío…

Y sin embargo, muchas veces tenemos que pasar por ahí para ver lo que realmente tenemos alrededor.        
Para recordar todos los recursos que ya están… pero olvidamos usar.

 Como el día del apagón… ¿Te acuerdas?    
De pronto, sin pantallas, sin televisión, sin móvil… ¡el shock!: —“Me aburroooo”.

Pero después de ese primer vacío, algo pasó:         
Volvimos a sacar los juegos de mesa, a leer, a escribir, a salir al parque, a hablar…
Recuperamos hobbies olvidados. 

Y nos dimos cuenta de que el aburrimiento no era el problema. Era la puerta.

Me acordé de The Secret Life of Walter Mitty (no sé si la has visto, pero si no… te la recomiendo) Un hombre que vive en su imaginación hasta que un día se aburre de imaginar… y empieza a vivir.     
Ese salto, de la fantasía a la acción, solo ocurre cuando dejamos de llenar cada hueco con algo.

Así que este verano, me lo estoy planteando… No solo descansar. Sino aburrirme un poco a propósito. Sin móvil. Sin scroll. Sin ruido.

🎨 Volver a coger un pincel (hace años que mis pinceles se mueren de risa cuando me ven).     
📖 Escribir sin saber adónde va (tengo un diario emocional hiper chulo… sin estrenar).   
🎧 Caminar con música o sin ella (esto lo hago más a menudo… ahora, con los 5 sentidos).        
🧩 Hacer collage, pintar, manualidades de “experimentos”,  jugar con Erik, dejar espacio para que algo nuevo aparezca (a veces estoy controlando el “no manchar” demasiado… y eso mata la creatividad… la verdad).

¿Qué nos podemos preguntar antes de empezar?:

  • ¿Qué parte de mí se aburre primero? ¿Y cuál florece después?
  • ¿Qué creatividad se está quedando sin espacio porque todo lo lleno?
  • ¿Qué pasaría si, por una vez, no hago nada… y lo hago con intención?
  • ¿Para qué me gustaría recuperar tiempo? (y es el que le dedico al móvil…)

Os hago una propuesta: 2 horas a la semana de aburrimiento activo

Sin culpa. Sin productividad. Solo por el placer de no hacer.          
A ver qué aparece. A ver qué se nos ocurre. 

Y si lo haces con tu música de fondo, tus manos manchadas de pegamento o pintura, o un cuaderno en blanco… mejor aún.

Porque la creatividad no siempre llega con ruido.   
A veces aparece cuando por fin hay silencio para escucharla.

¿Te sumas al reto?

¿Qué harías tú con dos horas sin móvil y sin culpa este verano?
Te leo en comentarios… o cuando vuelvas del paseo sin pantallas 


martes, 27 de mayo de 2025

De infantil a primaria… y de etapa a etapa

 


Mi hijo Erik termina infantil.
Y aunque aún no sabemos si seguirá con su clase o será de los que se mezclen, en su cole lo tienen claro: este paso importa.
Le han dedicado todo un trimestre. Para entender. Para despedirse. Para crecer por dentro.

Porque no es solo cambiar de aula.

Es dejar atrás a una profe que los ha acompañado con amor durante años.

Es dejar atrás a esa profesora a la que adoran, con la que han pasado años.

Es pasar de tener una persona que los conoce con una sola mirada… a tener muchos profesores.
Es pasar de una mirada que los conoce a tener varios adultos que los verán por primera vez.
Es empezar con deberes. Con más normas. Con esa mirada más “responsable” sobre lo que les rodea. Con esa sensación de que “ahora sí, empieza lo serio”.

Y es vivir, casi sin saberlo, uno de sus primeros grandes cambios de etapa.

 Y entonces lo pienso…

Nosotros también cambiamos de etapa. 

Cambios de trabajo, de ciudad, de relaciones, de rol, de perspectiva.
A veces con ganas. A veces sin darnos cuenta. Otras con miedo. Muchas… sin darnos tiempo para mirar lo que dejamos atrás.

Pero ¿cuántas veces, como adultos, nos damos el tiempo de prepararnos para esos cambios?

¿Cuántas veces paramos para hacer balance, agradecer, cerrar… y seguir?

Los niños/as cierran su ciclo con cuentos, canciones y murales.
Y nosotros, ¿cómo lo hacemos? Porque muchas veces, simplemente,… pasamos pantalla o vamos con el piloto automático.

Os propongo dos propuestas para parar, integrar y proyectar:

1️ Mural de cierre: para mirar hacia atrás con intención

Una forma sencilla y poderosa de poner en valor lo vivido.
Puedes hacerlo solo/a o en familia, en papel, en digital o en tu mente… pero hazlo.

¿Qué puedes incluir?

  • Una foto o imagen de algo que marcó este ciclo o etapa.
  • Una palabra que represente un aprendizaje.
  • Un símbolo de algo que eliges dejar atrás.

Preguntas para hacerte:

  • ¿Qué quiero agradecer de esta etapa?
  • ¿Qué he aprendido de mí que antes no veía?
  • ¿Qué merecería un aplauso si pudiera verme desde fuera?

2️ Mural para visualizar: para imaginar lo que viene con sentido

No se trata de preverlo todo, sino de darle dirección a tu energía.

Puedes usar un tablero físico, una hoja en blanco… o herramientas digitales como Canva (tiene plantillas muy visuales y chulas para crear tu vision board).
Pero si eres como yo… te encantará hacerlo a mano:

✂️ Tijeras, pegamento, chinchetas de colores, corcho, fotos impresas, algún pin… incluso un objeto que represente un logro o deseo.
🎵 Y si además lo haces con tu música de fondo, mejor que mejor. Porque esto también va de sentirlo.

Trabajar con los tres sistemas sensoriales —visual, auditivo y kinestésico— hace que esta experiencia no solo sea creativa, sino profundamente transformadora.

¿Qué puedes colocar en tu mural de visión?

  • Una palabra que quieras cultivar.
  • Una imagen que te conecte con la vida que deseas.
  • Un compromiso contigo.

Preguntas para profundizar en el mural:

  • ¿Qué me gustaría sentir al terminar esta nueva etapa?
  • ¿Qué quiero hacer diferente esta vez?
  • ¿Qué me recuerda que lo importante es avanzar, no correr?

Un cuento corto, para cerrar...

Una niña paseaba por la sabana con su abuelo.
—¿Por qué los elefantes no corren como las gacelas? —preguntó.
—Porque saben que llegar no es lo importante —respondió él—.
Lo importante es recordar cada paso.

Hoy Erik da un paso

Y yo también.

Quizá este sea un buen momento para dejar de correr y mirar ese paso con más atención.
Porque las etapas no se saltan. Se viven. Se cierran. Se honran.

Y tú…

  • ¿Estás cerrando alguna etapa? ¿O abriendo una nueva?
  • ¿Te has parado a mirar lo que has aprendido antes de seguir?
  • ¿Cómo sería para ti cerrar con consciencia… y abrir con intención?

No siempre hay murales, ni canciones, ni cuentos.

Pero hay pasos.

Y cada paso, si se honra, transforma.
#RutRoncal

miércoles, 21 de mayo de 2025

Educar con ejemplo… con el móvil en el bolsillo: Cómo, para qué y con quién, las palabras clave

 


Mi hijo tiene 5 años.
No suele pedir el móvil. Si vamos a comer fuera, prefiere pintar o jugar con sus Superthings o con lo que lleve en la mochila.
Tengo claro que está lejos de tener un móvil propio… ¿o no tan lejos?

Hace poco vi un programa de Évole sobre adicción al móvil. Hablaban del acceso a la pornografía, con una edad media de inicio: 8 años.
Oí la cifra y se me encogió el estómago.

 Me di cuenta de que hay cosas que tenemos que empezar a trabajar mucho antes de lo que pensamos.

Así que eso de “queda lejos”… empieza a sonar ingenuo, ¿verdad?

¿Cuál es la edad adecuada para dar un móvil? No hay una única respuesta.
La mayoría de expertos coinciden en que entre los 12 y los 14 años, si hay madurez y acompañamiento, puede ser un buen momento.
Pero más que la edad, importa el cómo, el para qué, y con quién lo usan.

Una de las revisiones científicas más completas hasta la fecha —con más de 1.9 millones de jóvenes analizados— nos recuerda que:

  • Las redes sociales se asocian con más riesgo de depresión, ansiedad y conductas de riesgo, especialmente en chicas adolescentes.
  • El uso general de pantallas, sin supervisión ni propósito, se relaciona con peor aprendizaje, sueño y salud física.
  • Pero cuando hay contenido educativo, acompañamiento adulto o intención clara, los efectos pueden ser positivos.

Porque, claro, todo esto está muy bien. Pero ¿qué pasa con nosotros?

¿Cómo vamos a pedirles que dejen el móvil para hablar… si nos ven escribiendo por WhatsApp antes de mirarlos a los ojos?
¿Cómo vamos a pedir autocontrol… si nosotros no lo practicamos?

Aquí me viene a la mente uno de mis cuentos favoritos:

Una madre llevó a su hijo a ver a Gandhi. Le pidió:
—Por favor, dile a mi hijo que deje de comer azúcar.
Gandhi la miró y le dijo:
—Vuelvan dentro de dos semanas.

Dos semanas después, volvieron. Gandhi miró al niño y le dijo:
—Deja de comer azúcar.

La madre, confundida, le preguntó:
—¿Por qué no se lo dijo hace dos semanas?

Gandhi respondió:
—Porque hace dos semanas yo también comía azúcar.

Nuestros hijos no necesitan padres perfectos.
Necesitan referentes coherentes.
Si queremos que hablen más y se aíslen menos, empecemos nosotros por dejar el móvil al llegar a casa.
Si queremos que no usen la tecnología como anestesia, mostrémosles que también sabemos aburrirnos, esperar, o simplemente estar presentes.

Y tú…

¿Te has planteado qué ejemplo das con tu propio uso del móvil?
¿Qué te gustaría que tu hijo o hija recordara de ti: tu mirada o tu pantalla?

Yo me lo planteo todos los días, y muchos días… me equivoco, pero procuro tenerlo presente y cuando estoy con él, dejar el móvil

¿Y tú? Me encantará leerte.