“One apple a day keeps the doctor away”… Seguro has escuchado la famosa frase “Una manzana al día mantiene al médico en la lejanía”, pero… ¿qué pasa si lo que realmente determina nuestra salud no es sólo lo que comemos, sino el ambiente en el que vivimos y trabajamos?
Llevo tiempo reflexionando sobre esto. Cuando dejé mi anterior trabajo después de más de 22 años, pasé por un torbellino de emociones. No fue una decisión fácil, y aunque hubo muchos factores en juego, lo cierto es que las dinámicas laborales pesan más de lo que creemos. Y lo peor es que muchas veces no nos damos cuenta hasta que nuestro cuerpo empieza a hablar por nosotros/as.
Nos preocupamos por lo que comemos, por hacer ejercicio, por dormir bien… pero ¿cuántas veces nos sentimos agotados/as sin razón aparente? ¿Cuántas veces nos cuesta dormir, estamos irritables o simplemente sentimos que algo no va bien… y lo normalizamos?
Según la doctora Aditi Nerurkar, experta en estrés de Harvard, muchos de los síntomas que experimentamos a diario —insomnio, irritabilidad, fatiga crónica, ansiedad, problemas digestivos— son señales de que el estrés nos está afectando más de lo que creemos. El problema es que, al ser constantes, dejamos de prestarles atención.
Y lo más preocupante: no siempre es el trabajo en sí lo que nos enferma, sino el entorno en el que lo vivimos.
¿Sabías que tu jefe/a impacta más en tu salud mental que tu terapeuta?, No lo digo yo, lo dice la encuesta de Gallup: el 70% de las personas deja su trabajo por su jefe/a, no por la empresa. Parece un dato fuerte, pero si lo piensas, tiene sentido. ¿CuántaHas veces has escuchado (o dicho) frases como:
🔹 “El ambiente aquí es insoportable, pero no tengo otra opción”
🔹 “Mi jefe/a no me escucha, no me valora, pero al menos el trabajo es estable”
🔹 “Siempre se ha hecho así, mejor no decir nada”
Y aquí viene la cuestión clave: Pero aquí hay algo clave: la no elección también es una elección.
Es verdad que, en muchas ocasiones, las circunstancias económicas nos obligan a mantenernos en trabajos que no nos hacen felices. Pero no hacer nada también es una decisión. Aceptar un entorno tóxico sin cuestionarlo es seguir reforzando ese sistema.
Y si no somos nosotros/as quienes tomamos la decisión de hacer un cambio, el cuerpo lo hará por nosotros/as. No es casualidad que el estrés crónico esté relacionado con problemas como insomnio, ansiedad, presión arterial alta y enfermedades cardiovasculares.
Escribir este post me recordó un experimento muy revelador, Los monos y la jaula. Un grupo de científicos estudió el comportamiento social de los monos y decidieron colocar un racimo de plátanos en la jaula. Cada vez que un mono intentaba alcanzarlos, los científicos rociaban a todo el grupo con agua helada. Pronto, los monos aprendieron a asociar la acción con la consecuencia y dejaron de intentarlo.
Pero lo interesante vino después. Poco a poco fueron sustituyendo a los monos originales por otros nuevos. Cada vez que uno de los recién llegados intentaba subir por los plátanos, los otros monos lo golpeaban para evitar que lo hiciera, aunque ya no hubiera agua helada. Al final, llegó un punto en el que ninguno de los monos que quedaban en la jaula había experimentado la descarga de agua, pero seguían evitando que los nuevos intentaran subir, simplemente porque así era como siempre se había hecho. Si queréis ver una representación del experimento, la podéis ver aquí
¿Te suena? Es exactamente lo que sucede en muchas empresas. Normalizamos ciertas dinámicas de presión, malas prácticas de liderazgo o ambientes hostiles porque “así son las cosas aquí” o porque “mejor no meterse en problemas”. Pero esto no solo nos desgasta, nos enferma.
Cómo romper el ciclo: técnicas para gestionar el estrés laboral
Harvard ha estudiado el impacto del estrés en el ámbito laboral y propone algunas estrategias para gestionarlo mejor. Aquí te dejo algunas técnicas que pueden marcar la diferencia:
✅ Reconocer que el estrés laboral no es normal
Dejar de romantizar la idea de que estar al límite es sinónimo de productividad.
✅ Fomentar espacios de conexión y apoyo
Al igual que compartir historias nos ayuda a conectar, en el trabajo necesitamos líderes que generen espacios seguros para hablar y mejorar.
✅ Cuestionar el status quo
Si algo no está funcionando, ¿por qué seguir aceptándolo? Grandes cambios han empezado con alguien preguntando “¿Y si lo hacemos diferente?”.
✅ Establecer límites claros
No responder mensajes fuera del horario laboral, aprender a delegar y priorizar el descanso no es signo de “debilidad”, es salud mental.
✅ Investiga la cultura de la empresa antes de aceptar un trabajo
Si estás buscando empleo o considerando un cambio, no solo pienses en el sueldo o el puesto, sino en el ambiente en el que vas a estar cada día. Revisa plataformas como Glassdoor, donde empleados actuales y antiguos comparten opiniones sobre el ambiente laboral, el liderazgo y las condiciones reales del trabajo. Una entrevista puede mostrarte una cara de la empresa, pero leer experiencias de otros puede ayudarte a evitar caer en entornos tóxicos.
✅ Técnica de la pausa consciente (Mindful Breaks)
Cada 90 minutos, tómate 2-3 minutos de pausa consciente. Cierra los ojos, respira profundamente y céntrate solo en la sensación del aire entrando y saliendo. Esto ayuda a reducir la respuesta al estrés y mejora la concentración.
✅ La regla del 3x3
Si sientes que el estrés te está desbordando, para y haz 3 respiraciones profundas. Luego, nombra 3 cosas que puedes ver, escuchar y sentir en ese momento. Este ejercicio te devuelve al presente y reduce la ansiedad.
✅ Revisión de creencias laborales
Pregúntate: ¿Estoy trabajando bajo presión real o por expectativas autoimpuestas? A veces, el estrés viene de creencias como "tengo que hacerlo todo perfecto" o "si no contesto de inmediato, pensarán que no soy eficiente". Reformular estos pensamientos ayuda a reducir la carga mental.
✅ Microconexiones en el trabajo
Investigaciones han demostrado que pequeñas interacciones sociales mejoran el bienestar en el trabajo. Intenta generar al menos una conversación genuina al día con un compañero/a, aunque sea breve. No tiene que ser sobre trabajo (de hecho, preferiblemente que no lo sea), sino sobre cómo están o qué tal su día.
✅ El ejercicio de la descarga de estrés
Si sientes que el día ha sido especialmente difícil, antes de dormir escribe en un papel:
- Qué te estresó hoy
- Cómo reaccionaste
- Qué podrías hacer diferente la próxima vez
Esto te ayuda a liberar la tensión mental y evitar llevar el estrés al día siguiente.
¿Y si el problema es el liderazgo? Un jefe/a que inspira, escucha y respeta puede cambiar por completo la experiencia de un equipo. Pero cuando eso no sucede, la cultura del miedo, la desmotivación y el estrés se instalan y afectan a todos.
En este punto, me pregunto: ¿Cuántos de los problemas de salud mental en el trabajo vienen de la carga laboral y cuántos del liderazgo?
Si un mal jefe/a puede ser un detonante de estrés, ansiedad e incluso abandono del trabajo, un buen líder puede equilibrar la salud mental de su equipo. Porque, al final, un líder que cuida no solo retiene o fideliza el talento, sino que transforma vidas.
Y ahora dime tú…
🔹 ¿Cómo gestionas el estrés en el trabajo?
🔹 ¿Alguna vez has trabajado en un ambiente que te hacía sentir atrapado/a, como los monos del experimento?
🔹Si tuvieras que tomar una decisión hoy para mejorar tu bienestar laboral, ¿cuál sería tu primer paso?
Me encantará leerte en los comentarios. ¡Cuéntame! 😊