Esta mañana me encontré con un artículo de Psicología del ABC que me hizo sonreír.
Contaba cómo Ed Sheeran decidió dejar el móvil después de observarse a sí mismo: cada vez que su mujer se levantaba de la mesa, él cogía el teléfono automáticamente, compulsivamente.
Esa pequeña toma de conciencia lo cambió todo.
No fue un detox temporal.
Dejó el móvil de forma definitiva.
Porque entendió algo importante: el aburrimiento también alimenta. (Por cierto, lo contó en el programa de La Revuelta que después de leer el artículo me he visto… cómo me gusta cómo canta este chico!!!).
El artículo hablaba del aburrimiento y de cómo lo evitamos, cuando en realidad tiene grandes beneficios.
Y entonces me detuve a pensar... ¿Qué significa aburrirse?
Según la Gaceta UNAM, el aburrimiento es una emoción moral, desagradable, que surge cuando percibimos falta de estímulos interesantes para ver, oír o hacer.
Nos cuesta mantener la atención, baja nuestra energía, aparece una sensación de vacío…
Y sin embargo, muchas veces tenemos que pasar por ahí para ver lo que realmente tenemos alrededor.
Para recordar todos los recursos que ya están… pero olvidamos usar.
Como el día del apagón… ¿Te acuerdas?
De pronto, sin pantallas, sin televisión, sin móvil… ¡el shock!: —“Me aburroooo”.
Pero después de ese primer vacío, algo pasó:
Volvimos a sacar los juegos de mesa, a leer, a escribir, a salir al parque, a hablar…
Recuperamos hobbies olvidados.
Y nos dimos cuenta de que el aburrimiento no era el problema. Era la puerta.
Me acordé de The Secret Life of Walter Mitty (no sé si la has visto, pero si no… te la recomiendo) Un hombre que vive en su imaginación hasta que un día se aburre de imaginar… y empieza a vivir.
Ese salto, de la fantasía a la acción, solo ocurre cuando dejamos de llenar cada hueco con algo.
Así que este verano, me lo estoy planteando… No solo descansar. Sino aburrirme un poco a propósito. Sin móvil. Sin scroll. Sin ruido.
🎨 Volver a coger un pincel (hace años que mis pinceles se mueren de risa cuando me ven).
📖 Escribir sin saber adónde va (tengo un diario emocional hiper chulo… sin estrenar).
🎧 Caminar con música o sin ella (esto lo hago más a menudo… ahora, con los 5 sentidos).
🧩 Hacer collage, pintar, manualidades de “experimentos”, jugar con Erik, dejar espacio para que algo nuevo aparezca (a veces estoy controlando el “no manchar” demasiado… y eso mata la creatividad… la verdad).
¿Qué nos podemos preguntar antes de empezar?:
- ¿Qué parte de mí se aburre primero? ¿Y cuál florece después?
- ¿Qué creatividad se está quedando sin espacio porque todo lo lleno?
- ¿Qué pasaría si, por una vez, no hago nada… y lo hago con intención?
- ¿Para qué me gustaría recuperar tiempo? (y es el que le dedico al móvil…)
Os hago una propuesta: 2 horas a la semana de aburrimiento activo
Sin culpa. Sin productividad. Solo por el placer de no hacer.
A ver qué aparece. A ver qué se nos ocurre.
Y si lo haces con tu música de fondo, tus manos manchadas de pegamento o pintura, o un cuaderno en blanco… mejor aún.
Porque la creatividad no siempre llega con ruido.
A veces aparece cuando por fin hay silencio para escucharla.
¿Te sumas al reto?
¿Qué harías tú con dos horas sin móvil y sin culpa este verano?
Te leo en comentarios… o cuando vuelvas del paseo sin pantallas
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