Cuadriculada!!, originalmente cargada por rutroncal.
La foto del día la dedico a una reflexión cotidiana...
Hoy he ido a comprar al supermercado de siempre, y justo cuando estaba en la fila de cajas comenzaba a cerrar sus puertas y por supuesto, igual que yo, estábamos más gente esperando que llegara nuestro turno para salir antes de que cerraran.
El caso, es que acababan de anunciar que el super cerraba sus puertas y un joven entra corriendo en el supermercado, deja la bicicleta y traspasa el acceso corriendo procurando ir hacia su objeto de necesidad antes de que fuera demasiado tarde... cuando de pronto, una de las cajeras le ha hecho el alto y le ha indicado que no podía entrar, que estaba cerrado. El chico ha solicitado que no tardaba ni un minuto, que sólo quería comprar una botella de leche, pero ella le ha dicho textualmente que le daba igual. El joven, resignado, se va hacia la bicicleta todavía mirando la cantidad de gente que quedábamos en las cajas y que seguramente le habría dado tiempo a coger esa botella de leche sin que fuera demasiado drama.
El caso, es que pasados un par de minutos, el chico todavía estaba observando la escena de cajas, entra una anciana en el super, que ni corta ni perezosa, se dirige a la cajera, la mira, le enseña una bolsa de tela y le dice que entra a comprar galletas. A lo que esta cajera, la misma que hacía dos minutos le había dicho a este muchacho que no podía entrar, no dice ni "mu".
Y mi pregunta es: ¿por qué a veces nos sentimos en el derecho de imponer normas para unos y no para otros?
Reconozco que en el momento de la negativa al chico, me ha parecido correcto. Horario de cierre, quizás las formas no eran las más correctas, pero el procedimiento exige cumplirse. Además de que hay que poner límites en algún sitio.
Pero sinceramente me parece injusto que la anciana haya entrado con una tranquilidad pasmosa como si fueran las 17.00 h de la tarde y no se le haya dicho nada mientras el joven de la bicicleta observaba sin decir nada.
Si dejas a uno, dejas a los dos. ¿Qué opinais?
Hola Rut!
ResponderEliminarPues este es un tema que se me ha presentado muchas veces. En mi trabajo diario como enfermero, me ocurre la misma situación al tener que decidir cuantos familiares pueden entrar a ver al paciente en un servicio especial (no en planta). "Las normas" dicen que 2. En mi caso, y siempre dependiendo de la situación, hago la vista gorda...
Pienso que hay dos conceptos que para mí son fundamentales por encima de las normas: FLEXIBILIDAD y EMPATÍA.
Eso sí, tomada una decisión, hay que aplicarla a todos por igual, aunque si la circunstancia requiere no mantener esta equidad, creo que esa persona merece una explicación para que entienda la situación.
Después del rollo que he soltado, para terminar, yo habría dejado entrar al chico.
Un saludo!
:-)
Rut, en este caso, como en muchos otros las apariencias engañan y lo peor, condicionan demasiado las actitudes. Lo que ocurre con la señora mayor es comparable a la situación de un/a anciano/a que se cuela por el morro, nadie se atreve a decirle nada pero si lo hace cualquier otr@, dios mío, la que se arma.
ResponderEliminarFuera prejuicios y se se marcan normas, of course, para tod@s.
Me he quedado tristona imaginando al chaval de la bici mirando a la cajera :(
Gracias Jesús por tu comentario!; la verdad es que las dos máximas que te marcas son ejemplares, flexibilidad y empatía,... creo que todos, cada uno en su trabajo, en su vida diaria debería aplicarlas. Sobre todo porque pienso que como en el caso de este chico, se cometen injusticias encubiertas de falsa sensibilidad (en este caso hacia la persona mayor). Yo igual que tú hubiera dejado pasar al chico si decides que la mujer mayor entra... o por lo menos hubiera dado la cara....
ResponderEliminarMonica! millón de gracias por tu comentario...estoy totalmente de acuerdo contigo... y yo también me quedé con una sensación de desazón e impotencia cuando vi al chico mirando a la cajera y cogiendo lentamente la bici para abandonar el super... sin dejar de mirarla pero sin comprender muy bien la escena...
También me gusta la frase de Fuera prejuicios y normas para tod@s.
Un beso enorme
Jo, pobre chaval. No me lo había planteado así nunca, pero al leer tu entrada, se me vienen a la cabeza un montón de ejemplos. O todos, o ninguno. Y si es ninguno, pues hay formas y formas, y por lo que cuentas, las formas con el chico no fueron las correctas.
ResponderEliminarLas normas deberían ser iguales para todos, pero a la vista está que no es así.
Como siempre, tus entradas sobre lo más cotidiano me hacen reflexionar. Cierto es eso de que la verdad absoluta no existe... ¡¡Gracias Rut!!
Muchas gracias Pilar!!,si te sirve... yo me hice la misma pregunta al sentirme testigo de semejante escena... :)
ResponderEliminarOjalá todos nos hiciéramos la misma pregunta de vez en cuando ¿verdad?
Millón de gracias de nuevo por reflexionar conmigo.
Un beso enorme