martes, 2 de julio de 2013

Tropezar no es malo...



Nueva propuesta de nuestra coaching de cabecera, la última antes de las vacaciones, porque sí, nos vamos de vacaciones, es justo y necesario… pero eso ya os lo iré contando estos días que hoy tenemos invitada y no hay que ser descortés.

Dicen que el hombre (barra) mujer es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y tres si son pequeñas, pero de ahí a cogerle cariño a ésta pues no sé yo si es para tanto.

Tropezar no es malo, si del tropezón sacamos una buena enseñanza, o como leía estos días por ahí (redes sociales varias, perdón si no cito la fuente):
“Unas veces se gana y otras se aprende”

Y digo yo, ¿no será que hay gente que, cariños a parte, necesita tener una piedra con la que tropezarse? O peor aún, ¿no será que hay gente que necesita tener siempre una piedra a mano con la que justificar sus tropiezos sin tener que asumir sus errores y aprender de los mismos?

Y yo me lo pregunto… y nuestra querida Rut Roncal seguro que tiene alguna respuesta.

¿Respuestas Iñaki? Muchas…o unas pocas... según se mire :)

Yo creo que todos necesitamos piedras de vez en cuando. Sobre todo cuando estás aprendiendo. Es difícil que te des cuenta de todo lo bien que puedes hacer algo si antes no te has equivocado un par de veces. Lo fácil a la primera hace que dejemos de prestar atención a los detalles, por lo que la próxima vez que lo intentemos es posible que no nos salga tan bien como nos salió la primera vez… necesitamos equivocarnos.

Lo cual no significa que necesitemos de ir acompañados de la piedra a todas partes…  Además de que por otro lado si yo comienzo un proyecto / un tema pensando en que me voy a caer, no me estoy dando cuenta de que estoy generando el entorno más adecuado para que eso ocurra. Este concepto se llama “profecía autocumplida y realmente condiciona nuestros resultados en función de lo que esté pensando (cuando los demás depositan expectativas en nosotros/as también están condicionando un resultado, a esto se le conoce como efecto Pygmalion).

Es la base del pensamiento positivo. Si tú quieres, puedes. No tienes más que ser consciente de los mensajes que de forma automática te están dictando a ti mismo/a para que te des cuenta de en qué medida estás condicionando tu resultado. Pongamos un ejemplo: si yo salgo por la calle con unos patines, estoy aprendiendo y por tanto no los domino del todo y no hago más que decirme a mí mismo/a “me voy a caer”, “ya verás, como me caigo”, “seguro que pillo una piedra y me tropiezo y me doy de bruces”… estoy concentrando toda mi atención en la caída, por lo que seguramente me vaya a caer de un momento a otro.
¿Quiere decir que si me concentro en no caerme, no lo haré? Quizás no, pero ten por seguro que tendrás menos probabilidades de hacerlo.

Si esto lo aplicamos al mundo laboral también pasa. Cuántas veces nos habrá pasado que centrados en esa nueva actividad, o debido a ese determinado cliente, o quizás porque no hemos dormido bien… me centro en todo lo mal que puedo resolver el día… sin querer queriendo estoy comprando muchos números en encontrarme con que mi mayor temor se convierte en realidad.

La cuestión es que como no empecemos a ser conscientes, estos temores pueden convertirse en “etiquetas” y lo peor es que daremos por hecho que “somos así” y la intención de cambio quedará difuminada porque asumiremos que no hay manera de cambiarlo.

¿Y ahora bien? ¿Con qué mensajes os queréis quedar? ¿Queréis quedaros con la piedra o sólo el tiempo justo para aprender? Ya lo dice un proverbio ruso: “Caerse está permitido, levantarse es obligatorio” o como dice Paulo Coelho "Solo triunfa en el mundo quien se levanta y busca a las circunstancias, creándolas si no las encuentra".
Para terminar me encantaría compartir con vosotros/as 2 vídeos. El primero de ellos es una niña de 3 añosque nos enseña a su manera Qué es Pensar en positivo… ¿nos atrevemos a imitarla?


El segundo, es un vídeo de 7:30 min que nos invita a revisar nuestros paradigmas y a identificar que las piedras nuevas o el superar las que hemos asumido como propias, suponen salir de nuestra zona de confort.


¿Recordáis la película “Atrapado en el tiempo”? ¿Queréis estar atrapados por vuestras respectivas piedras?



Autores:
Iñaki González (@goroji)                                                                                   Rut Roncal (@rutroncal)
Técnico Gestión RRHH de FHC                                                                                     Gerente en Cegos
Autor del blog: SobreviviRRHHé!                               Autora del blog: La verdad absoluta no existe

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