¿Y si el bienestar estuviera en volver a casa?
Hoy vivimos en un mundo donde la tecnología nos acompaña a todas partes: en el trabajo, en la cama, en el bolsillo.
A veces parece un regalo.
Otras veces, un hechizo.
Y como en El Mago de Oz, todos —tú, yo, cualquiera— caminamos por un camino de baldosas amarillas digitales, buscando un destino que a menudo no sabemos muy bien cuál es:
¿el bienestar? ¿la desconexión? ¿recuperar el control?
Buscando de qué podía ir el próximo post, encontré que existe la ciberpsicología.
¿Y qué es?
Es el área de la psicología que estudia la relación entre las personas y el uso de la tecnología, evaluando su impacto en la conducta humana.
El objetivo de la ciberpsicología no es demonizar las pantallas, sino entender cómo habitamos el mundo digital:
cómo afecta a nuestro bienestar, cómo influye en nuestras emociones y qué podemos hacer para no perdernos por el camino.
La ciberpsicología nos recuerda que no se trata de apagarlo todo.
Se trata de saber estar… sin dejar de ser.
Os he hablado del camino de baldosas amarillas… (Este trimestre Erik ha estado trabajando el cuento y el viernes vino todo orgulloso con su trabajo, os pongo un “trocico” de su arte).
Y pensé: igual que los personajes de Oz, en este viaje digital también necesitamos…
💓 Corazón – para no dejar de sentir ni de conectar con lo real (más allá de la pantalla).
🧠 Cerebro – para discernir, poner foco y recuperar la atención que los algoritmos fragmentan.
🦁 Coraje – para parar, para decir “no”, para gestionar el FOMO (“fear of missing out” o “miedo a perderse algo”) sin que nos devore.
Y sí, también una Dorothy interna: esa parte nuestra que nos recuerda que “el hogar” no está fuera, sino dentro.
A mí me gusta llamarle también nuestra brújula interna.
Porque el bienestar no se mide en notificaciones, sino en presencia.
Y volver a casa… es volver a nosotros mismos.
Para ayudarnos a gestionar esto, os propongo la técnica del Semáforo. Antes de entrar a una app, responder un mensaje fuera de hora o abrir Instagram "sin pensar", probar esto:
🔴 Estoy entrando por ansiedad, aburrimiento o desconexión?
⏱ Activa un temporizador de 2 minutos antes de actuar. Solo observa.
(A veces no hace falta resistir… solo esperar un poco).
🟠 Esto me va a nutrir… o a agotar?
⏱ Ponte un tiempo límite realista. 5, 10, 15 minutos. Márcalo y respétalo.
(A veces no se trata de prohibir, sino de dosificar).
🟢 Estoy en calma y sé para qué entro?
✔ Entonces adelante, pero hazlo con conciencia.
(No entres a buscarte si sabes que hoy no te vas a encontrar ahí).
Este semáforo no te dice “sí” o “no”.
Te ayuda a decidir tú. A recuperar tu brújula.
Y al final… ¿os acordáis del cuento? los zapatos rojos. Dorothy descubrió que el poder para volver a casa siempre estuvo en ella.
Solo que necesitaba el camino para darse cuenta.
Y nosotros… también.
Porque, en realidad, los zapatos rojos no son mágicos.
Son simbólicos.
Son el recordatorio de que volver a casa es elegirte a ti, cada día, antes de perderte en la vorágine.
A veces necesitamos de algunos tips para cuidar nuestro bienestar (de verdad). Por ejemplo:
Para tu dopamina (motivación y foco):
▪ Escucha música que te inspire
▪ Haz ejercicio suave
▪ Termina una tarea que tengas a medias
▪ Crea, aunque sea algo pequeño
▪ Celebra el esfuerzo, no solo el resultado
Para tu oxitocina (conexión y calma):
▪ Abraza, aunque sea con la mirada (Un abrazo que dura al menos 8 segundos o 20 segundos o más puede tener efectos positivos para la salud física y mental)
▪ Pasa tiempo sin pantallas con quien te importa
▪ Agradece en voz alta
▪ Ayuda a alguien sin esperar nada
▪ Pasa tiempo en la naturaleza o con animales
Tomamos consciencia...
· ¿Hace cuánto que no te preguntas cómo estás… antes de abrir una app?
· ¿Qué parte de ti te gustaría traer de vuelta… si pudieras volver a casa?
· ¿Dónde sientes que te pierdes más fácilmente? ¿Y qué te ayuda a volver?
· ¿Estás usando la tecnología como faro… o como niebla?
· ¿Qué harías diferente si supieras que ya tienes los zapatos rojos puestos?
No necesitas apagar el mundo.
Solo bajar el volumen.
Y empezar a mirar a tu alrededor:
¿Quiénes son tus compañeros de viaje?
¿Los has elegido tú?
Empieza a ser consciente.
Empieza a elegir.
Y recuérdalo…
Todo lo esencial ya camina contigo.
"You've always had the power, my dear, you just had to learn it for yourself."
“Siempre tuviste el poder, querida, solo tenías que aprenderlo por ti misma.” — Glinda, la bruja buena – Mago de Oz – L. Frank Baum
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