martes, 7 de mayo de 2013

No dejes que apaguen tus sentimientos

feelings¿Qué fácil sería tener este interruptor a mano, verdad?
Ese botón mágico que nos permitiera dejar nuestros sentimientos apagados en aquellas tareas, digamos feas y desagradables” que a veces nos toca acometer en nuestros puestos de trabajo…

Y a la inversa también, que importante es saber aplicar nuestros sentimientos cuando la situación lo requiere, que no piensen que somos robots sin corazón, que también tenemos nuestro corazoncito aunque a veces nos convenga esconderlo, o al menos, darle por unos instantes al OFF.

Y por aquellas casualidades del destino, resulta que nuestra colaboración mensual con Rut Roncal (todos los primeros martes de mes) coincida con el 7 de #7verde en su séptima edición de nuestro querido Manuel Escobar:

Una forma diferente de hacer las cosas, de pensar que otro mundo es posible… en definitiva, una visión proactiva de la vida, un deseo de que haya un mundo mejor a partir de aquello de lo que uno es principalmente responsable: SUS ACTOS.

En definitiva, una iniciativa que pone encima de la mesa los sentimientos, y actuar en consecuencia, de cara a obtener un entorno  en el que consigamos que cada uno reflexione y vea la importancia de sus actos para con los demás. En todos los ámbitos, en el área profesional, en el personal, en el que quieras imaginar… al final, hagas lo que hagas, lo que haces influye en otras personas. Si mejoras tu actitud, si actúas con el corazón, si buscas que tus actos supongan una mejora para el otro (no es tan difícil, puedes empezar a sonreír más a los demás), al final… entre todos… habremos conseguido mejorar un poco el mundo.
La verdad Iñaki, es que tienes razón, la clave está en sentir. Las emociones, si no dejamos que fluyan, al final salen por los caminos más insospechados y es tan bonito sentir... tanto lo bueno como lo no tan bueno... ya explicaba el otro día en el blog lo importante que es gestionar las emociones para que no sean ellas las que nos gestionen en los momentos menos oportunos o con las reacciones más inadecuadas y por tanto desencadenando consecuencias en nuestro entorno que difícilmente podemos olvidar. Para este tipo de casos me encanta recordar el cuento de “la bolsa de clavos” pues es fantástico para identificar que las consecuencias de mis actos también son objeto de mi responsabilidad, y que por mucho que pida perdón.. al final el daño ya está hecho.
Para este post, me encantaría compartir otro cuento. Es el cuento de los sentimientos. Una fábula preciosa que también recopiló en su día Bucay en uno de sus libros y que dice así:
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de La Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.
Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso:
- ¿Jugamos al escondite?
La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CURIOSIDAD, sin poder contenerse, preguntó: "¿Al escondite? y cómo es eso?"
- Es un juego -explicó la LOCURA- en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden, y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego.
El ENTUSIASMO bailó secundado por la EUFORIA. La ALEGRIA dió tantos saltos que termino por convencer a la DUDA, e incluso a la APATIA, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La VERDAD prefirió no esconderse: ¿para qué?, si al final siempre la hallaban. Y la SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya), y la COBARDIA prefirió no arriesgarse...
- Uno, dos, tres... - comenzó a contar la LOCURA.
La primera en esconderse fue la PEREZA que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La FE subió al cielo, y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto. La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para la BELLEZA; que si el bajo de un árbol, perfecto para la INTIMIDAD; que si el vuelo de la mariposa, lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD; que si una ráfaga de viento, magnifico para la LIBERTAD. Así que termino por ocultarse en un rayito de sol. El EGOISMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... pero sólo para él.
La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira!, en realidad se escondió detrás del arcoiris), y la PASION y el DESEO en el centro de los volcanes. ¿El OLVIDO... ? se me ha olvidado dónde se escondió!... pero eso no es lo importante.
Cuando la LOCURA contaba 999.999, el AMOR todavía no había encontrado un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.
-¡Un millón!- contó la LOCURA y comenzó a buscar.
La primera en aparecer fue la PEREZA, sólo a tres pasos de la piedra. Después se escuchó a la FE cantando con Dios en el cielo. Y a la PASION y al DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes.
En un descuido encontró a la ENVIDIA y, claro, pudo deducir donde estaba el TRIUNFO. Al EGOISMO no tuvo ni que buscarlo; el solito salió disparado de su escondite, que había resultado un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed y, al acercarse al lago, descubrió a la BELLEZA. Y con la DUDA resulto más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de qué lado esconderse.
Así fue encontrando a todos: el TALENTO entre la hierba fresca, la ANGUSTIA en una oscura cueva, la MENTIRA detrás del arcoiris y hasta el OLVIDO, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite.
Pero sólo el AMOR no aparecía por ningún sitio.
La LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal y las rosas... Y tomó una horquilla y comenzó a mover los ramos, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al AMOR. La LOCURA no sabía qué hacer para disculparse; lloró, rogó, imploró y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra,
EL AMOR ES CIEGO
Y LA LOCURA LO ACOMPAÑA SIEMPRE.
Para acabar como siempre una canción... sólo que en esta ocasión … van dos!!!
Iñaki propone esta canción: no escondas tu corazón, de Jarabe de Palo. http://youtu.be/f8n6Z4izugQ





Y yo me decanto más por Coldplay y su... Vive la VIDA 
https://www.youtube.com/watch?v=dvgZkm1xWPE
 
Autores:
Iñaki González (@goroji)                                                                 Rut Roncal (@rutroncal)
Técnico Gestión RRHH de FHC                                                               Gerente en Cegos
Autor del blog: SobreviviRRHHé!                     Autora del blog: La verdad absoluta no existe

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